Fiestas de la Santísima y Vera Cruz en Caravaca de la Cruz
En qué consiste esta antigua festividad
Las Fiestas de la Santísima y Vera Cruz en Caravaca de la Cruz, son unas festividades declaradas de Interés Turístico Internacional. Durante cinco días, la ciudad se llena de visitantes y vitalidad, celebrando la gesta de un grupo de caballeros templarios y las luchas entre moros y cristianos en escaramuzas fronterizas con el Reino Nazarí de Granada.
La festividad comienza el 30 de abril con la Noche de las Migas, donde las calles se llenan de música y colorido con las peñas migueras, que compiten por el mejor plato de migas en la Plaza del Hoyo. El 1 de mayo, se celebran eventos como la Ofrenda de Flores, el Concurso de Caballos a Pelo y la Exposición de Mantos.
El día más esperado es el 2 de mayo, conocido como los Caballos del Vino, donde miles de personas se reúnen para presenciar la mítica carrera que rememora la hazaña de los templarios que rompieron el cerco musulmán, introdujeron vino en la ciudad y salvaron al pueblo de morir por el agua envenenada.
Para no desentonar, solo es necesario llevar un pañuelo rojo al cuello, una camisa blanca y estar preparado para asistir a una de las fiestas más atronadoras de España.
Cada uno de los cinco días de estas fiestas tiene su propia relevancia e idiosincrasia:
30 de abril, noche de las migas
La Noche de las Migas es la víspera de las fiestas patronales en Caravaca de la Cruz. Comienza con la diana floreada a las 7 de la mañana y al anochecer se celebra el certamen de migas del sureste, donde vecinos y peñas compiten por el primer puesto en este concurso. Las calles del casco antiguo se llenan de música, baile y un ambiente festivo, convirtiendo esta noche en una de las más animadas de las fiestas.
1 de mayo, ofrenda floral
Ofrenda de Flores a la Santísima Cruz en la explanada de la Basílica de la Vera Cruz. Durante la mañana, los habitantes ofrecen flores que se colocan en forma de cruz, simbolizando la primavera y el vínculo de la ciudad con la Región de Murcia.
Por la tarde, se realizan desfiles de caballos "a pelo", que recorren la ciudad mostrando sus distintas razas y pelajes. En la Cuesta de las Quinielas, los caballos suben al galope en lo que es un anticipo de la carrera del día siguiente. Por la noche, se premia la belleza, fuerza y anatomía de los caballos en la Plaza del Hoyo.
2 de mayo, los Caballos del vino
Los Caballos del Vino es una fiesta que comienza con una misa temprano por la mañana, tras la cual, los caballos son adornados con mantos de seda y oro en sus respectivas peñas caballistas. Después, los 60 caballos y sus peñas realizan un recorrido por las calles de la ciudad mostrando sus bordados mantos y contagiando el ambiente festivo. En el camino, el Hermano Mayor de la Real e Ilustre Cofradía de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca recoge una bandeja de flores y purificadores confeccionada por las Madres Clarisas y la lleva hacia la Basílica de la Vera Cruz. Allí, el caballo Histórico porta el vino en pellejos hasta el interior del templo para que se bendiga junto con las flores entregadas a la Patrona el día anterior.
Al mismo tiempo, se desarrolla la carrera de los Caballos del Vino, en la que cuatro caballistas suben aferrados al caballo por una cuesta de 80 metros hasta el portón del castillo. El que logra subir más rápido gana. Al finalizar la carrera, se otorgan los premios del concurso de Enjaezamiento, que premia al mejor manto bordado. El festejo de los Caballos del Vino dura hasta las cinco de la tarde y después se da paso a los moros y cristianos, quienes luchan por el dominio de Caravaca.
En la noche, la Patrona sale de la Basílica para permanecer fuera tres días y visitar al pueblo. Durante la Solemne procesión, la Cruz de Caravaca va en su carro de plata, custodiada por los Armaos, caballeros fruto de la leyenda de los cascos floridos. Finalmente, la Cruz de Caravaca vuelve a su templo y se da fin a las festividades.
Los mantos bordados en los Caballos del Vino son elaborados en su mayoría en la propia ciudad, y los motivos que en ellos aparecen hacen referencia a la historia y la vida de Caravaca de la Cruz, donde será velada toda la noche.
El festejo de los Caballos del vino ha sido declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
3 de mayo, día de la Santísima Cruz
Uno de los ritos más antiguos es la Misa Pontifical que se celebra en la iglesia de El Salvador y que ha permanecido prácticamente invariable a lo largo de los siglos. Después de la misa, los más pequeños protagonizan un desfile infantil y recientemente se ha añadido la carrera de ponis.
En la tarde del 3 de mayo se celebra el rito ancestral del Baño de la Cruz, que se remonta al siglo XIV y que consiste en introducir la Sagrada Reliquia en las aguas de Caravaca para bendecirlas. Tras la misa de la tarde, se lleva a cabo la procesión del Baño, en la que participan moros y cristianos, y se realiza el Parlamento, un diálogo dramático entre el Sultán moro y el Rey cristiano que desemboca en una batalla en la que los cristianos se hacen con el estandarte enemigo. Finalmente, la Santísima Cruz baja al Templete donde se bendicen las aguas de la ciudad y se termina la procesión seguida de un gran castillo de fuegos artificiales.
4 de mayo
Arranca la jornada con la celebración de la Santa Misa seguida de la "Cruz de Impedidos" y la procesión de la Excelsa Patrona por toda la ciudad, visitando a enfermos e impedidos que lo soliciten. Durante el recorrido, se hace una parada en el convento de las Clarisas donde se realiza el acto de la "lluvia de pétalos de rosa".
Por la tarde, hay un desfile de moros y cristianos por la Gran Vía, que es un espectáculo de música, luz y color. La festividad termina con una misa en la iglesia de San Francisco y la Patrona se traslada a la iglesia de la Purísima Concepción para ser velada durante la noche.
5 de mayo, procesión
Durante la mañana se lleva a cabo la "Cruz de Impedidos" desde la Purísima Concepción a El Salvador. En la tarde, la procesión final regresa a la Basílica de la Vera Cruz con la participación de una gran cantidad de fieles.
Los fuegos artificiales cierran las festividades, incluyendo el lanzamiento del "Trueno Gordo", que marca el final de las festividades.
Qué ver en Caravaca de la Cruz
- Basílica de la Vera Cruz: donde se encuentra la Cruz de Caravaca y se celebran las festividades religiosas.
- Castillo de Caravaca de la Cruz: fortaleza medieval con vistas panorámicas de la ciudad.
- Museo de la Fiesta: muestra la historia y la cultura de las festividades de la ciudad.
- Iglesia de El Salvador: templo barroco del siglo XVIII.
- Convento de las Madres Carmelitas Descalzas: monasterio fundado en el siglo XVII.
- Palacio de los Fajardo: edificio renacentista del siglo XVI.
- Plaza del Arco: plaza con un arco de estilo barroco y varias tiendas y restaurantes.
- Fuente de los Cuatro Caños: fuente histórica del siglo XVIII con cuatro caños que representan los cuatro evangelistas.
- Santuario de la Santísima y Vera Cruz: ermita situada a las afueras de la ciudad, rodeada de naturaleza y con vistas panorámicas.
- Murallas de Caravaca de la Cruz: restos de la antigua muralla medieval que rodeaba la ciudad.
Artesanía y compras recomendadas
En Caravaca de la Cruz, la artesanía más popular es la de las joyas en plata y el cuero. Es posible encontrar tiendas y talleres donde se elaboran estas piezas de manera artesanal. Además, también es posible adquirir objetos de esparto, cerámica y vidrio. Otros productos típicos de la zona son los dulces artesanales, como las tortas de almendra, los pestiños y los rollos de anís. En la zona del mercado, los sábados por la mañana, se pueden encontrar productos locales, como frutas y verduras frescas, quesos y embutidos.
Qué comer Caravaca de la Cruz
La gastronomía típica de Caravaca de la Cruz está influenciada por la cocina murciana y cuenta con platos como el zarangollo (ensalada de calabacín, cebolla y huevo), el arroz con conejo y caracoles, la pipirrana (ensalada de tomate, pimiento y cebolla), el arroz con bogavante, las migas con tropezones, el cocido con pelotas y la olla de cerdo.
También es famoso el pan de cruz, un pan blanco y esponjoso que se elabora de manera tradicional en hornos de leña. En cuanto a los postres, destacan los paparajotes (hojas de limonero rebozadas en masa y fritas), los mantecados, los rollos de anís y los pestiños. Como bebida típica se encuentra el licor de café, que se elabora con aguardiente, café y azúcar.